Gente huidiza
A todos nos gusta ir solos en el autobús, eso está claro. ¿Qué mejor que poder tener el culo en un espacio ancho y los pies bien comoditos en el borde del asiento de enfrente? Pero por encima de eso hay educación, aquello que no hace sentirse mal a las personas.
Aunque tras la típica estación de “vaciado general” me quede solo con alguien a mi lado en el autobús no me cambiaré de sitio. Sería algo así como “ey, me desagrada estar a tu lado”. Yo creo que, aunque sea por respeto, debemos mantenernos en el asiento que nos tocó; y si resulta que tenemos la necesidad imperiosa de no tener a esa persona al lado (imagina que, realmente, huele muy mal) le dices “Ey, me voy a cambiar de sitio pero no pienses que es por tí, es para estar los dos más anchos y tal”. Además de quedar bien, esa persona (que bien podría ser tu futur@ espos@ desde ese momento) se fijará en tí por lo gracioso y original que has sido… Aunque quizás no quieras que se fije en ti una persona que te desagrada tener a tu lado, pero eso es otro cantar.
Resumiendo, huir de la persona que tienes a tu lado es una gran falta de respeto si no hay una razón acordada. Huir de las personas es algo muy común hoy en día (¿o es que hablas con tu compañero de ascensor?), intenta que el autobús sea un refugio al peligro de deshumanicación que sufre tu vida.