Seres que no se ganan la compasión
Vía Meneame encuentro un artículo de Arturo Pérez-Reverte en XlSemanal que versa sobre la visión de una familia comiendo en un restaurante de Calpe.
Me gusta del artículo que es políticamente incorrecto y que me recuerda muchísimo a aquel El Castellano Viejo de Larra que tan bien debió describir las clases bajas de la sociedad española de finales del XIX.
Parece ser que los españoles, por mucho que hayamos avanzado económicamente (pisando a vete a saber tú quién) en 100 años seguimos teniendo los genes (o más bien memes) de lo grotesco y lo penoso en nuestras formas. Podemos vestir a Ralph Lauren, conducir vehículos Volvo y comer manjares tanto de dentro de nuestra patria como de fuera de ella, que seguiremos siendo igual de groseros, maleducados y brutos que hace ya más de un siglo. Y nos extrañamos de que algunos vascos y catalanes renieguen de España… Y es que el Opá, como broma es graciosa, pero no como aspiración.
Lo siento, pero me encanta el desencanto, porque la autocrítica, tanto con razón como sin ella, es la llave para mejorar. Y en el fondo creo que, aunque sea poco a poco y a veces yendo hacia atrás, cada generación es un poco más educada “de fondo” que la anterior… Aunque a veces no lo parezca.
Realmente el artículo no tiene desperdicio, aunque el de Larra es inmejorable, aquí una gotina:
Echóme las manos a los ojos y sujetándome por detrás: -¿Quién soy?-, gritaba, alborozado con el buen éxito de su delicada travesura. -¿Quién soy?- -Un animal [irracional]-, iba a responderle; pero me acordé de repente de quién podría ser, y sustituyendo cantidades iguales: -Braulio eres-, le dije.