Un diseño que maduró extraño
A mediados de julio, poquito después de poner este diseño en la web, hice otro diseño que chocaba frontalmente con cualquier otro diseño que hubiera hecho para un blog. Lo diseñé, maqueté, y programé, pero al final había una cosa que no terminaba de funcionar bien; y es que el diseño tenía una parte interactiva con la que Firefox y Explorer daban bastantes problemas.
El otro problema fue que el disco duro donde tenía el diseño se fastidió (llevo un añito de malísima suerte con los dispositivos de almacenamiento), y un día de estos intentaré recuperar el diseño de la copia de seguridad en DVD-R que saqué. De todas maneras creo que algún gif animado sí mande a algún amigo con una muestra.
El diseño tenía poesía en la forma y escondida entre los elementos propios del blog. Se gestó en una de esas tardes en las que, en una hora y media, se te ocurren las ideas de varios días y, lo que es más extraño, se te ocurre cómo juntarlas para que quede algo coherente y consistente. Al final salió un diseño que no va en vertical como la mayoría de los blogs, sino en horizontal, y donde además de los elementos de diseño fueran las palabras las que guiaran el recorrido de la atención; también el lector tiene que poner algo de su parte para leer un post, por lo que me parece que había algo más de complicidad.
Como no quiero cambiar el diseño cada 3 meses creo que esperaré un poco más antes de volver a programar lo que daba fallos y subirlo. Además, lo veo como más “de invierno” y no quiero volver a cometer el fallo enorme que cometí al poner este tema tan tristón en verano, sintiera lo que sintiese cuando lo hice. Quines coses…