Día en el parque de atracciones de Madrid
Ayer fui al Parque de Atracciones de Madrid, una excursión a la que le tenía ganas desde hacía mucho tiempo. Creo que no iba desde hacía 2-3 años y lo he disfrutado muchísimo.
Ayer al llegar no escribí porque estaba realmente cansado, como siempre que voy, porque el estar 10 horas de pie, o en su defecto sentado y con la adrenalina dando vaivenes desde mi cerebro hasta los pies por entre las venas no puede sino fatigante.
Tenía muchas ganas de probar la atracción nueva: La Tarántula; una montaña rusa en la que el típico tren de asientos se ha sustituido por un miniasiento en el que caben 4 personas, 2 y 2, de espaldas. La gracia es que, además de estar siempre “en primera fila” el ingenio va girando (no sé si en función del reparto de cargas o con un recorrido de giro programado) y a veces ves venir las curvas y otras no.
Además nos hizo un día genial, llovió a ratos pero un chirimiri que no hizo parar ninguna atracción y, será por ser agosto, por ser miércoles o por ambas cosas, no había colas en ninguna atracción, excepto en la Tarántula de unos 20 min. Pues eso, muchas sesiones de “La máquina”, una mezcla del barco pirata y la olla y de los coches de coche, tan míticos que nunca pasan de moda.
Pero ya empezamos a tener una edad; de pequeño estabas una semana sin lavarte la mano para que la calcomanía que se usa para entrar no se te quitara y dar envidia a los colegas del cole ^o^. A mis 21 años creo que ya poco a poco te va viniendo más el sentimiento de quitártela nada más salir, no vaya a ser que la gente se entere de que aún tiene alma de niño. Pues yo la tengo, y a mucha honra; de hecho aún tengo en mi brazo mi calcomanía roja ¿Seremos por fin la generación de los eternos jóvenes? Esos que no dejan de disfrutar los parques de atracciones y que aún a los 40 seguirán comprando y jugando a los videojuegos… Yo qué se, por mi vale. Jajaja.
He subido unas cuantas fotos a Flickr. Tengo ganas de repetir, a ver si organizamos una “excursión” en septiembre después de exámenes, cuando los “peques” ya tengan que ir al cole