Juicios en la tele donde nadie es quien dice ser
Hoy después de comer me fuí al sofá a echar una siestecita. Me quedé dormido cuando empezaron a hablar de deportes y al despertarme había un programa de corazón. “Lo más del verano” o algo así; parece que a la gente le encanta ver juicios, pero como los de verdad no se entienden la televisión ha adoptado el nuevo modelo de programa Juicio de valor en el que unos “periodistas” hacen de abogados como lobos y los espectadores hacen de piel de cordero, y tanto ellos como los acusados hablan en un lenguaje llano, para que todo el mundo entienda que no estamos como para perder audiencia.
¿Para esto hemos creado un sistema educativo? A veces pienso que la televisión debería estar llena de Kant, de música clásica, de debates no políticos, de documentales que te muestren qué hay más allá de las cuatro paredes de tu país. Quizás así la gente dejaría de ver la tele y leyera, aunque fuera este blog lleno de sinsentidos :P.
Yo tampoco necesito ser muy inteligente para darme cuenta de que cada día que pasa lo que te encuentras cuando cruzas la puerta de tu microclima no es ni mucho menos lo que te esperabas. Si es así es que aún no has escapado de él, sigues enredado en tus manos, en tus ideas y en los cabellos que salen de ellas… Nada es lo que tu quieres que parezca.
Tanto Madrid me llena de paredes, de puertas con pomos imposibles y extrañamente situados: nunca en el lado del que la intentas abrir. ¿Por qué? Creo que es porque no es lo mismo querer algo que saber que se quiere, ni creer que se quiere y querer realmente a ese algo tan intangible que sólo en tus sueños no puedes alcanzar, pero sí entender.
(Felicidades Leonor)