Noche en vela
El verano trae entre sus desgracias un calor insoportable por la noche. Algunas incluso te impide dormir, como me ha pasado a mi hoy. En vela, posición horizontal (en diferentes ángulos), y pensando desde la 1.15 hasta las 5.45. Pensar de noche no es muy bueno porque, como algo de sueño sí que tenía, los pensamientos se van rebelando entre la cordura de la vigilia y la locura de la onírica. Todo esto te lleva a tomar decisiones que difícilmente vas a querer mantener al día siguiente, aunque en lo más profundo de tu corazón o tu deseo, es lo que desearías. Ha sido un poco horrible tomar decisiones en la madrugada y pensar en los diferentes resultados que tendría… Todo muy bonito pero hay que llevar la decisión al mundo de los hechos, y ni depende sólo de mí ni es tan fácil.
Otra de esas decisiones medianamente absurdas es empezar a estudiar Ciencias Exactas (léase Matemáticas). Creo que no es una locura pero quizás lo haré dentro de unos años, cuando acabe la superior de Telecomunicaciones.
Bueno, pues quizás alguien se pregunte por qué me levanté a las 5.45; pues para ir de público al último programa de No Somos Nadie de la temporada. Ha sido muy divertido pero ahora mismo he llegado a casa y llevo 24 horas sin dormir así que voy a ver si me echo una siesta extraña antes de comer, luego otra más después. Así quizás esta tarde sea “persona”.