Amores de blog
Recuerdo que hace años cuando te enamorabas te quedabas horas mirando una foto, pensando, soñando… Pero imagínate que te enamoras de alguien que tiene un blog: ¡¡¡cuántas palabras que idolatrar!!! Y encima es muy probable que no le conozcas en persona. No se yo si valdría para eso.
Y es que el amor, al menos en su primera fase, es una idolatría excesiva, extenuante y exagerada; pero bonita, al menos eso dicen. Pues me imagino a gente imprimiéndose folios llenos de posts, escribiendo corazoncitos, leyéndolos una y otra vez a la luz de la minúscula e impedante bombilla de la mesilla de noche. O quizás eso sólo se hace a los 15 años; yo es que he sido ‘mu tonto’ para esas cosas. Si no pues se lo preguntáis a V o a C que leyeron el otro día una poesía que escribí a los 14 años a una profesora…
Si es que la tecnología marca, queramos o no.