La dimensión de los libros
Los libros son artefactos extraños. Desde la visión de un recién salido del mundo subterráneo (lo de los extraterrestres ya está muy visto) se verían como un “bloquecito” exfoliable, con una cubierta colorida, de sueño.
Para ser algo tan simple, tan frágil, nadie diría que contiene dentro un mundo multidimensional. Páginas que, desde sus simples dos dimensiones, pueden desarrollar un mundo de dimensiones que no son ni una ni diez: es un mundo. ¿Por qué un mundo? Porque no sólo crean en tu mente espacios tridimensionales, le dan tiempo y luz, variabilidad y humanidad. Es increible esa sensación que uno tiene cuando conoce a unos personajes como si fueran sus propios compañeros de viaje, que de hecho lo son, y conoce lo que opina cada uno de sus otros cohabitantes del mundo ficticio.
Los libros tienen algo de relación con los sueños, si hubiera un libro que se tardara en leer toda una vida… ¿Sería muy diferente a una vida normal? Indagando un poco en la idea me doy cuenta de que faltaría una cosa en ese libro tan “completo”: los propios libros. Qué sería una vida sin historias, sin evadirte de cuando en cuando del mundo… Por eso es tan bueno el Quijote, porque contiene libros dentro de si mismo.
Y saliendo del tema del libro, que no del literario… ¿Cómo explicamos un DVD-ROM de 8 centímetros? Sí, aunque sea más abstracto y con menos temperatura humana que un libro, es una pequeña oblea en la que caben cientos de libros, cada uno con sus múltiples dimensiones de un mundo que reflejó el autor. Quizás ahí cabría ese libro, tan mágico, que llenaría toda una vida.