Porqué San Andreas me parece el mejor juego que he visto nunca
Recuerdo pocos videojuegos que me hayan hecho cambiar mi forma de ver el mundo del ocio electrónico: Digger, Monkey Island, Super Mario World, Mario 64, GTA3 y GTA3: San Andreas. ¿Qué tienen en común estos juegos? La libertad. Todos ellos han impuesto para mí un mayor grado de libertad dentro de un mundo virtual.
San Andreas, hoy por hoy, me parece una obra de arte tan increíble que la noticia de que el próximo 7 de junio lo tendré entre mis manos me hace sonreir mucho, pero mucho mucho. El problema es que los mandos de la PlayStation no me parecen los más adecuados para jugar a ese juego, me siento mucho más cómodo con mi teclado y mi ratón. Volviendo al tema, San Andreas incluye misiones tan variadas tanto en su temática como en su forma de completar que se mantiene vivo durante todas y cada una de las misiones. El hecho de incluir “mini-juegos” embebidos en la realidad tales como un billar, recreativas, robar casas, carreras de coches, acrobacias con bicicletas y demás, hace de este título un meta-juego que simula un mundo tan divertido que a veces querrías no salir de él.
Por esta última razón creo que esperaré a comprarme el juego a que termine mis exámenes, el día 22 de junio. Después de las fiestas por el (espero) final de mis asignaturas en esa carrera tendré tiempo para disfrutar de ese juego poquito a poco, como el helado de tarta de queso que me dió a probar mi amiga Jen ;)… Y es que lo bueno, si dura, dos veces bueno. Y si no era así el dicho pues sí, me lo invento.