Estilos
Hay algo que he visto que no usa casi nadie en el procesador de textos y que es beneficioso tanto para la sencillez del archivo que se genera como para el usuario: usar estilos. Los que trabajen con hojas de estilo en páginas web ya sabrán de qué va el tema pero resumiendo:
En el documento creas varios estilos, uno para los títulos otro para el texto normal, otro para los subtítulos, otro para los pies de página, etc… y cada uno con su formato (tipo de letra, tamaño, color, sangría, tabulaciones, bordes, columnas, lo que te imagines). Cuando quieras que algo esté más grande (por ejemplo encabezados de secciones) le asignas el estilo que deseas y a correr.
La gente normalmente, cuando quiere los títulos en grande, lo selecciona y elige la tipografía, tamaño y color al gusto ¿Ventajas de los estilos para el usuario de a pie? Muchísimas. ¿Alguna vez te ha pasado que, una vez terminado un trabajo, no te gusta el tipo de letra de los títulos? Vaya, uno por uno cambiándolos todos… A parte de que es más fácil asignar un estilo a algo (sólo eliges una cosa) que asignarle tipografía, tamaño y demás, como has definido que todos los títulos son del estilo “título” tan sólo tienes que cambiar el formato de ese estilo para que se vea modificado en toooodos los elementos que tenían ese estilo. ¿No es cómodo?
O imagina que haces una investigación y la publicas en el boletín de tu universidad. Meses después una revista se interesa por ella y quiere publicarla, pero tienen los títulos con otro tamaño, otro tipo de letra, más espacio entre las imágenes y el texto, etc… Con estilos tan sólo tendrías que ir por los estilos modificándolo una vez para cada uno.
Usar ordenadores trata de ahorrar tiempo no de desperdiciarlo. Empieza a usar estilos, tu vida ofimática será mucho más sencilla.