Relato de la tarde de lunes
Ayer terminé las clases a las cuatro y media de la tarde y decidí proponer a un par de amigas, Ana y Rocío, el ir a tomar algo por el centro. Aprovechando que una de ellas tenía que hacer un recado en la calle Hermosilla decidimos bajarnos en O’Donnell e ir caminando hasta allí. Unos veinte minutos largos en los que vimos el renovado Palacio de los Deportes (tras el incendio que lo redujo a cenizas)… Una vez hecho el recado nos metimos en una pequeña cafetería cerca del metro de Goya. Me encanta estar en un sitio y fijarme en la gente que pasa; estudiantes (como nosotros), viejecillos, gente de negocios, … La vida de Madrid.
Pasada una media hora Rocío y Ana decidieron que ya era hora de irse para casa y yo, como tenía en mente ir a la Fnac a ver qué cámara digital me compro, pues decidí darme un paseo ya que, dado que eran sobre las seis, aún había sol. Me encantó enchufar mis oidos a mi Palm y cruzar la plaza de Colón acompañado de Elton John mientras el ángulo agudo de la línea hacia el Sol con respecto a mi posición en la Tierra formaba largas sombras. Luego, andando por Recoletos veía los últimos rastros de la helada nocturna: unas hojas que no debían haber visto el Sol y de las que colgaban carámbanos estirados de hielo, como intentando llegar al agua helada del estanquecito que había debajo.
Una vez llegué a Cibeles ví cómo el Sol, tal y como si estuviera planeado, se iba a esconder justo en la dirección de la calle Alcalá; así que entre Gran Vía y Alcalá me quedé con esta última, la llamada de la naturaleza. Mis ojos cegados, la sonrisa en mi boca, el frío en mis orejas y mis manos intentando refugiarse del frío y el viento en mis bolsillos al igual que hacía mi palestino con el cuello. Una vez llegado a Sol tras pisar sobre las aceras de bancos y cafeterías ví cómo el Madrid en obras permanentes de nuestro alcalde es una realidad incluso los lunes, y decidí no pararme mucho tiempo en admirar las fachadas de los edificios que custodian la plaza y subir por Preciados directo hacia la Fnac. Allí pude probar in situ@rroba de este mes.
Ya no había Sol, su luz difusa se confundía con la iluminación de escaparates, cines y vehículos. Para acabar el paseo cogí el autobús que me lleva a mi casa y, medio dormido, llegué al hogar.
Si quieres ver fotos de este recorrido en la web de Jorge Tutor hay colgado un trayecto parecido en fotos hechas con gran angular, no te las pierdas aquí. (Una web muy recomendable sobre fotos de viajes).