Elevando las cosas a la categoría de sueños
Hoy pasé la mayor parte del día programando y estoy un poco rallado ya… No me quiero imaginar cómo estaré cuando llegue el mogollón de prácticas…
A veces no distingo bien si las cosas pequeñas que están en mi cerebro son verdad o las he soñado. Rara vez sucede esto con cosas importantes, pero con algún dato, o algún tema del que se ha hablado me suele suceder… Creo que el otro día hablamos en casa de Lara sobre cómo soñarán los ciegos, … Tema complicado, aunque supongo que serán sonidos y texturas; si el ciego no es de nacimiento quizás los sueños sean el único lugar donde puede observar cosas, aunque seguramente con el paso del tiempo las caras y los lugares se irán deformando a la idea que se va haciendo de ellos a lo largo de su vida.
Joder, qué tema tan rallante, pero me gusta hablar de estas cosas.
Son las 4 de la mañana, los que leéis quizás estéis dormidos: ¿qué estarás soñando ahora? Quizás que te deslizas sobre el cuerpo de la persona que deseas, quizás que descubres algo que nadie más sabe, quizás que tienes eso que tanto anhelas… Lo malo de los sueños es que se acaban y lo que habías conseguido en ellos se deshace en tus manos justo cuando llegas a la frontera del sueño y la vigilia. Esto me recuerda a una poesía de Antonio Machado:
Era un niño que soñaba
con un caballo de cartón.
Abrió los ojos el niño
y el caballito no vio.
Con un caballito blanco
el niño volvió a soñar;
y por la crin lo cogía …
¡Ahora no te escaparás!
Apenas lo hubo cogido,
el niño se despertó.
Tenía el puño cerrado.
¡El caballito voló!
Quedóse el niño muy serio
pensando que no es verdad
un caballito soñado.
Y ya no volvió a soñar.
Pero el niño se hizo mozo
y el mozo tuvo un amor,
y a su amada le decía:
¿Tú eres de verdad o no?
Cuando el mozo se hizo viejo
pensaba: Todo es soñar,
el caballito soñado
y el caballo de verdad.
Y cuando vino la muerte,
el viejo a su corazón
preguntaba: ¿Tú eres sueño?
¡Quién sabe si despertó!
Un abrazo de los grandes