Retrospectiva nocturna
Me hace gracia mirar atrás, mirar un año atrás: se repiten cumpleaños, salen las notas, salen los horarios, … Pero algunas cosas cambian; tal y como este diario dice que era hace un año el tiempo, llovía sin parar; ahora estamos sumidos en un último latigazo de calor veraniego.
Pues eso, que una de las cosas bonitas de los diarios es ver cómo hay cosas que cambian y cosas que siguen igual. Sería bueno conseguir que las malas cambiasen y las buenas se quedaran; pero realmente ahora no tengo casi nada de lo que quejarme así que…
Hoy hicimos una fiesta sorpresa a una amiga mía que lo había pasado bastante mal este año: fue muy emotivo, ¡la hicimos llorar! … Pero de felicidad, y eso no creo que nunca sea malo.
Hoy estuve en casa de Mer en una fiesta internacional de multiculturas (me río yo del Fòrum: ja); conocí a mucha gente, la mayoría muy simpáticos y me dí cuenta de lo buena gente que es la que ya conocía. Me encanta conocer gente, sobre todo si el resultado es tan bueno.
Luego fuimos a un bar, cobraban, luego al otro, el Cheyenne (conocido por varias razones que no vienen al caso, me une mucho a ese bar) donde no me dejaron pasar por ir con pantalon corto, deportivas, y bandolera colgada del hombro. No les culpo, son unos hijos de puta y no creo que lo puedan cambiar así que… Ellos se pierden el tenerme en su bar. Como no quería joder la noche al resto me piré a mi casa en mi búho y aquí estoy, a las seis de la mañana escribiendo un poco sobre las cosas que pasan.
Quizás dentro de un año, relea esto.
Un abrazo