Húmedo
Madrid está triste. Está tapado por las nubes y distorsionado por la lluvia. Ayer fui andando desde Plaza Castilla hasta Nuevos Ministerios mientras estuvo lloviendo. La verdad es que después de las 3 o 4 semanas de buen tiempo que ha hecho por aquí choca un poco ver la lluvia otra vez. Ahora mismo sigue lloviendo y desde mi silla veo los edificios trillados por la lluvia, como un jardín zen.
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Ya empecé a hacer aquello de lo que hablaba, el servidor web de aplicaciones locales. Ya he implementado una front-end para mi base de datos de películas, estoy trabajando sobre PHP-Calendar (que Diego Lafuente ya tradujo al castellano). También he hecho un navegador de archivos que aún quiero mejorar muy mucho para que puedas navegar por las carpetas del ordenador de manera más cómoda. Lo bueno es que esté donde esté en el mundo puedo acceder al servidor y usarlo como si estuviera aquí.
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Pero hablando de temas más banales… El jueves volví a salir con la gente de clase y mi novia (que está pasando unos días aquí conmigo). Hacía mucho jueves que no salíamos y la verdad: ¡qué maravilla! No tiene nada que ver el Madrid de los jueves con el de los viernes. Creo que ya hablé aquí una vez de esto pero cada día me encanta más. Me gusta mucho salir e ir de bar en bar pero sin sentirme parte de la masa de gente.
También he pensado bastante sobre la gente que sale en la televisión; creo que a la mayoria de nosotros nos parece que están allí porque son guapos, tienen la piel sin granos ni marcas, etc… Pero creo que por la mañana, nada más despertarse, son igual de personas que el resto de nosotros. Todo esto viene porque el otro día vi a nosequién en la tele pero sin maquillaje y fue como “uarggg”, ¡qué cambio! Es que a veces parece que hay gente de 70 años en la tele que tiene 30… Pues son tan viejos como los de fuera. ¿Hasta qué punto nos controlan los medios? ¿Realmente vivimos en un Matrix mediático? En el que pensamos lo que ellos quieren, ellos viven de nuestras energías vitales (los sentimientos que genera la tv)… Da mucho que pensar y dan pocas ganas de seguir viendo la televisión, ¿verdad?