De nuevo con todos ustedes
La luna ha salido y se ha puesto muchas veces desde que escribí por última vez… Pasaron viajes, exámenes, noches inolvidables (y otras que sería mejor olvidar…).
Pero ya estamos otra vez rodeados de circuitos y de unos y ceros… Me encanta, desde pequeño tuve una … no se… una atraccion especial por todo lo que no se viera a simple vista su funcionamiento… pero funcionara…
Desde que no escribo han surcado muchos pensamientos por las olas de mi mente… Gente triste en asientos del metro; la tristeza de la ciudad cuando cae el Sol entre semana… Es triste ver pasar sombras proyectadas por las luces gaseosas de las farolas urbanas cuando vuelves a casa… Pero el otro día, en esta rutina triste, viví algo bonito y romántico (en el sentido artístico): volvía andando por la calle, sobre las 10 y media de la noche y ya era noche cerrada; mientras andaba oía sonidos de platos y cubiertos, seguramente de primeros y segundos pisos… Me parece increíble que aún en estos tiempos en los que impera la envidia, la soledad, el individualismo, … nos podamos oir los unos a los otros haciendo algo tan ¿privado? pero común como es el cenar en casa tras un día lleno de cosas…
También salpicó mi cerebro la idea de que vivimos muchas vidas diferentes simultaneamente: en la universidad, en casa, con un grupo de amigos, con otro grupo de amigos, con la pareja… Y a veces esas vidas se entremezclan para luego separarse, o incluso para quedar siempre unidas (por ejemplo cuando un amigo te quita la novia y luego se casan…). La vida es una contínua transferencia de conocimientos sociales, científicos y comerciales que desemboca en la nada… cuando el barco del pensamiento llega a las orillas del mar de la mente… y la falta de medio acuoso conlleva a la muerte de la persona.